El jardín tenía que parecer que siempre había estado allí. La casa, obra del estudio de arquitectura entresitio, se erige sobre pilares y debía dar la impresión de que el terreno quedaba intacto. Nos encontramos una topografía apenas modificada, y que no debía modificarse, con unos taludes muy pronunciados en una ladera que termina en el río Alberche. Elegimos plantas cubresuelos, de poca altura, que necesitaran poca atención ya que el mantenimiento debía ser muy fácil, es una casa de fin de semana. Plantamos usando una cuadrícula, con grandes masas dominantes de jaras, brezos, euphorbias, cotoneaster y pequeños puntos de acentuación algo más verticales como retamas, madroños, cornicabras, y algunas gramíneas. También se plantaron zonas debajo de la casa donde usamos vincas, helechos, heléboros y epimedium.